Un legado de cuidados: El viaje de 29 años de Annie con La Causa

Autor original
Angelina Velazquez

Fecha de publicación
22/8/2024

En los bulliciosos pasillos del Centro de Educación y Atención Temprana La Causa, Annie es un pilar de dedicación y compasión.
Su trayectoria en La Causa comenzó hace casi tres décadas y, a lo largo de los años, ha tejido un rico tapiz de crecimiento, apoyo y compromiso inquebrantable.

La historia de Annie comenzó en un modesto papel de ayudante de profesor.
«Me llamo Annie y empecé a trabajar en La Causa hace 29 años», recuerda con una sonrisa.
El apoyo y el estímulo del centro le permitieron cursar estudios superiores, transformando su carrera de humilde ayudante a respetada profesora principal y supervisora.
«La Causa me dio la oportunidad de volver a la escuela y obtener los créditos que necesitaba. Fue un punto de inflexión en mi carrera», explica.

Su viaje no fue sólo una evolución profesional, sino también personal.
La conexión de Annie con La Causa se hizo más profunda cada año que pasaba.
Reflexiona: «Conocí La Causa a través de una amiga que ya trabajaba aquí. Me llamó y me dijo que estaban contratando. Ahora, 29 años después, sigo aquí. Me siento como en casa».

A lo largo de su dilatada carrera, Annie ha sido testigo de la notable evolución de La Causa.
Desde sus primeros días hasta el presente, ha visto de primera mano cómo el centro ha ampliado sus servicios y mejorado sus ofertas.
«He visto crecer a La Causa, desde sus primeros días hasta la introducción de la escuela concertada. Fue increíble participar en el acondicionamiento del nuevo edificio, trabajando los fines de semana con otros profesores para garantizar que todo estuviera listo para los alumnos», comparte.

Sin embargo, el paso de Annie por La Causa no ha sido sólo de crecimiento profesional.
A lo largo de los años, el centro también ha sido una fuente de apoyo personal en sus momentos más difíciles.
«En los momentos más difíciles de mi vida personal -pérdida de familiares, operaciones-, La Causa me trató como de la familia. Comprendieron mis necesidades como empleada y me dieron el tiempo razonable que necesitaba para recuperarme, tanto mental como físicamente. Ese apoyo significó mucho para mí. Me sentí cuidada no sólo por mis compañeros, sino también por mis supervisores y el departamento de RRHH.»

La dedicación de Annie es evidente no sólo en sus logros profesionales, sino también en sus vínculos personales con las familias y los niños a los que atiende.
Sus nietos y bisnietos han asistido a La Causa, y se siente inmensamente orgullosa de verlos crecer en el entorno enriquecedor del centro.
«Mis nietos y bisnietos asisten a EECC. Empezaron en la sala de lactantes y se quedaron aquí los 12 años. Ahora mismo, dos de mis bisnietos están aquí, y eso me llena de orgullo», dice Annie.

Su amor por La Causa es palpable, y atribuye su larga permanencia al entorno de apoyo del centro.
«La Causa se ha convertido en parte de mi vida. Me siento cómoda aquí, y los niños, las familias y los profesores son como mi familia. Me quedaré aquí hasta que me jubile», afirma.

Annie también destaca las características sobresalientes de La Causa que la hacen excepcional.
«Ofrecemos muchísimos servicios a las familias, como la Guardería de Crisis y el Centro de Respiro, que es inestimable para los padres en situaciones de emergencia. Nuestro plan de estudios evoluciona continuamente para ofrecer la mejor educación basada en las últimas investigaciones», explica.

A pesar de su dilatada experiencia, Annie sigue profundamente conmovida por los gestos sencillos de aprecio.
«Uno de mis recuerdos más queridos es cuando los profesores organizaron una celebración sorpresa de mi cumpleaños. Los niños cantaron el ‘Cumpleaños feliz’, y fue un momento tan conmovedor», recuerda.

Mirando al futuro, Annie sueña con un mayor crecimiento y expansión de La Causa.
«Me encantaría que añadiéramos más programas o incluso un segundo turno para las familias que trabajan de noche. Tal vez podríamos establecer otro centro o un instituto para seguir apoyando a nuestras familias a lo largo de la educación de sus hijos», imagina.

La historia de Annie es un testimonio del profundo impacto que La Causa ha tenido en su vida y en la de quienes la rodean.
«Es importante que nuestras familias sepan que cuando dejan a sus hijos con nosotros, están en buenas manos. Nos preocupamos profundamente por cada niño y familia que cruza nuestras puertas», concluye.

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